Podrás romper de nuevo el juramento, deshaciendo las cadenas que te ataron una vez. Pero dame tu el valor que tengo miedo, o puedes darme una esperanza, o, arrancarme, al fin, las ganas de seguir por ti.
Podría haberte dicho que me importas, eso y un millón de cosas. Pude hacerlo y no lo hice y no se porqué. Será porque es más facil escribirlo, o demostrarlo que montar un numerito de esos de fatalidad según lo que establece el reglamento del aparentar.
Podría haber llorado un mar de lágrimas saladas, arrojarme a los abismos y partirme en dos el alma. Desatar la tempestad y el huracán de mi garganta y confesar desesperada, que no puedo con mis sentimientos. Aunque mi actitud no es hoy tan evidente, no quiero sufrir más.
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