Entraste a mi vida y no me di ni cuenta cuando, y sin darme cuenta hoy en tí estoy pensando. Me acostumbraste a acostumbrarme a tu forma de ser, me acostumbré a necesitar tus besos porque me hacen bien. Y hoy me pregunto quién soy yo para decirte lo que por mí tienes que hacer. Si tan sólo para mí te podría tener, no compartiría todo tu ser por miedo a perder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario